Sabemos que la pérdida de piezas dentales se produce por accidentes traumáticos, por caries y, en un mayor porcentaje, por la enfermedad periodontal. En la actualidad y en el mundo, de 10 pacientes que acuden al consultorio, al menos 6 padecen alguna patología en las encías. Desde el simple sangrado al cepillado, pasando por cierto grado de movilidad de las piezas, acompañado de halitosis e hipersensibilidad al frío o al calor.

Es de vital importancia contemplar los trastornos sistemáticos de la enfermedad periodontal, ya que en muchos pacientes traen aparejados complicaciones, trastornos cardíacos, alteraciones musculares y articulares e incluso la endocarditis bacteriana por diseminación de microorganismos (sobre todo en pacientes que practican actividad física de alto rendimiento).

Los odontólogos generales conviven a diario con la enfermedad periodontal y tratan de combatirla con diferentes técnicas de cepillado, raspajes radiculares o la eliminación de tejidos afectados. Desde una simple mucositis hasta los engrosamientos de papilas o cirugías periodontales para eliminar el tejido de granulación y las infecciones locales, utilizamos diferentes técnicas y tratamientos. El objetivo es, siempre, preservar la pieza dental y volver a la salud oral, aunque a pesar de nuestros esfuerzos, muchas veces no tenemos éxito en los tratamientos porque los pacientes no nos acompañan con la constancia en mantener la higiene bucal.

Además de contar con tratamientos y técnicas de avanzada para tratar la enfermedad periodontal (como regeneraciones óseas o cirugías de injertos de mucosa gingival), somos conscientes de que la prevención es el arma más efectiva para que el paciente no tenga que pasar por estos invasivos tratamientos y/o para que no deba perder la pieza dental. Y aquí es donde la tecnología Láser se convierte en nuestra herramienta de excelencia. Cuando el paciente se presenta a la consulta con sangrado o inflamación de encías, podemos actuar con nuestro equipo láser para descontaminar las bolsas periodontales.

Con un Láser, nos introducimos dentro de las bolsas periodontales sin anestesia, sin sangrado y sin dolor para bajar la carga bacteriana.

Este procedimiento toma 30 segundos por diente y, en el mismo, no modificamos el espacio biológico ni eliminamos ningún tipo de tejido: simple y maravillosamente eliminamos microorganismos. Esta técnica puede ser acompañada con la eliminación de cálculos supra o sub gingivales con elementos tradicionales y, luego, podemos eliminar en forma inmediata la hipersensibilidad dental con la aplicación de Láser en forma terapéutica. A los pacientes que presentan agrandamientos gingivales, sangrados espontáneos y/o halitosis, utilizando tecnología láser podemos eliminarles el tejido de granulación, hacer recortes gingivales o eliminar hiperplasias, sin anestesia, sin sangrado y sin dolor. Además, tenemos la tranquilidad de no temer a la retracción de encías dado que, a diferencia del electrobisturí, el Láser no carboniza tejido ni transmite calor al tejido adyacente.

En los casos más complejos, donde ya tenemos pérdida ósea, movilidad dentaria o cirugías de injerto de tejido blando, utilizamos el láser para ayudarnos en los procesos regenerativos, aumentando la microcirculación periférica para favorecer injertos, regenerando tejido en la zona donante o mejorando nuestro injerto óseo. Todo eso para ayudar a la diferenciación y proliferación celular, con el fuerte objetivo de que nuestro tratamiento quirúrgico sea más predecible y confortable para el paciente.

Cada vez más universidades reconocen al Láser como una herramienta eficaz y muy biológica a la hora de realizar tratamientos y terapias preventivas. En los tratamientos periodontales, la utilización del láser hace que, de forma indolora y efectiva, se obtengan resultados inmediatos para paciente y profesional.