LA REVOLUCIÓN EN LA EVOLUCIÓN DEL LÁSER
LASER ODONTOLÓGICO ACADEMY
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El frenillo labial es una brida de tejido blando, en muchas ocasiones fibroso, que puede ocasionar alteraciones fisiológicas importantes para la salud y estética del paciente. En el maxilar inferior, podemos observar la retracción de encías. Esa retracción permanente termina en grandes trastornos periodontales que pueden llevar, inclusive, a la pérdida de los incisivos centrales inferiores. En el maxilar superior, podemos ver pacientes que manifiestan sonrisas cortas, en las que se observan mucho las encías. Esto se debe, en la mayoría de los casos, a la presencia de este tipo de frenillo, al eliminar el frenillo, obtenemos una mejora notable de la caída del labio sin necesidad de un recorte gingival ni de colocación de carillas estéticas.


En los tratamientos de ortodoncia y ortopedia maxilar muchas veces encontramos diastemas ocasionados por la inserción fibroína de las bridas del frenillo que, incluso, tienen alguna inserción palatina y, si no se eliminan, hacen que los tratamientos de ortodoncia no resulten efectivos. La mayoría de los profesionales que realizan prácticas como generalistas e incluso, especialistas en ortodoncia, no realizan frenectomías y las derivan a cirujanos maxilofaciales por los grandes riesgos de sangrado, la necesidad de anestesia, sutura y las posibles complicaciones que se puedan dar, ya que se realizan mediante sistemas mecánicos con bisturí o tijeras. Otros las realizan con electrobisturíes que generan exceso de calor y un marcado retraso en la cicatrización.

Cuando utilizamos Láseres de diodo o erbio para realizar estos procedimientos los resultados son sencillamente magníficos.

Tenemos grandes beneficios como profesionales, ya que el láser transforma un tratamiento complejo en algo muy simple. Los pacientes también tienen beneficios, ya que reciben un tratamiento sin dolor, muy confortable y sin medicación post operatoria. La tecnología láser nos permite realizar frenectomías sin anestesia. Simplemente manejando la forma de administrar la energía, obtenemos procedimientos que tardan escasos minutos y nos dejan un campo de trabajo limpio, sin sangrado, sin carbonización y sin alteración de los tejidos que rodean el espacio del procedimiento.

Lo más interesante es que tendremos una cicatrización fantástica: sin contracción, sin edema, sin inflamación y, por ende, sin ningún tipo de dolor. Al paciente no le daremos ninguna medicación, sólo la recomendación de que tome un helado después del procedimiento. Esto es magnífico para cualquier profesional, pero sobre todo para el odontólogo general que antes derivaba estos procedimientos por la complejidad y las posibles complicaciones.

El Láser transforma lo complejo en simple y nos permite ampliar nuestra visión. Una frenectomía que pensamos como un tratamiento complejo que sólo puede resolver un cirujano, hoy gracias al láser podemos resolverla en nuestro consultorio y obtener tanto en niños como en adultos resultados fantásticos y pacientes felices de tratarse en nuestra clínica.

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